Ir al contenido principal

Juguete roto

Amurallada de corazón, otra noche más. 

La tristeza danza por las rendijas de mis intestinos, aun intentando purgarla cuando el silencio observa. 

Esta catarsis de cada domingo supura hasta consumirme, este hambre disuelto en ganas de vida, de tacto, de miradas que termina siempre apaciguado en el frío de un lugar vacío solo ocupado por mi sombra. 

Siempre llega puntual, esa bestia sin vida que dice ser yo. 

Me arreglo, me visto con mis mejores penas y dejo que me debore, célula a célula hasta que somos una. 

Es tan evidente, pero nadie ve. Nadie nunca (me) mira. 

Vomito flores que nacen en otros jardines lejos del mío. 

Aquí, tierra seca, un cementerio de emociones que solo yo vi nacer y morir. 

Ojalá descansar en paz, pero la vida sigue reclamándome.

Los corazones de los otros son difusos, complejos. Paso mis horas estudiando su anatomía para poder encontrar la entrada. 

Me rompo los huesos día a día para entrar en ellos, para encontrar ese espacio ansiado en la mirada de otro, pero sus palabras siguen sin hacer hueco a las mías. Siempe pequeñas, diminutas a su lado. Siempre impostada.

Yo, que solo busqué un espacio en el que refugiarme lejos de mi propia tormenta, termino siempre rendida ante la omnipresente soledad, recordándome una vez más que no fui hecha para ser amada, solo para amar. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

paraguas amarillo

Las que fui, la que soy y quien seré se unen para quererte en este instante que nunca acaba y siempre vuela. Cuando tu mirada se cruza con la mía nace una ilusión, tan pequeña, tan huidiza y frágil como mi corazón y la guardo en mi sonrisa para que no se marchite y la protejo entre tu mano y la mía para que se fortalezca y la encierro en estas palabras para que viva. Me acerco a ti con la inocencia que creía ya extinta en mi corazón y encuentro en tu abrazo un hogar entre todo este naufragio. El mundo se detiene y solo escucho tus latidos y sé que la guerra se terminó, en ti solo hay paz. Cuando te miro me vuelvo creyente; creo en nosotros, creo en los milagros porque eres, porque existes, porque estás y te abrazo con fuerza para comprobarlo, te enredo en mis labios para creerlo, te acaricio para sentirlo; y suspiro porque aún no me explico esta buena suerte y me aferro a ti para asegurarme de que eres real y me sorprendo siempre de que lo seas. El mundo deja de ser un puzzle, un pr...

Los juegos de azar

Me pasé la vida huyendo de espejos y miradas,  perdiendo la vida en cada verso,  palabra o reflejo donde alguien siquiera entretejiera mi nombre. Ahí,  cómodamente en la penumbra, se alimentaba un vacío  casi tan grande como yo misma donde un día,  sin aviso,  solo quedó de mí una sombra Aún con todo, la vida a menudo me recordaba  que yo siempre jugaba con el corazón mientras que el resto solo apostaba monedas. Pero esto no se trataba de un juego de azar y yo sabía (y sé) que quiero todo o nada. 

Fecha de caducidad

Los cambios necesitan tiempo, pero yo siempre he sido de correr.  Del latido apresurado, de la respiración frenética, de los labios moviéndose antes de racionar o reaccionar.  Quieren apuñalar mi arte. Eso lo sé. Lo he visto en cada minuto que desperdicio en esta pantalla.  Los veo detrás de los algoritmos y el consumismo.  Miro a mi alrededor y todo son matojos que nunca llegaron a florecer.  Las horas perdidas se acumulan en el estanque donde chapoteo por intentar recuperar mi imaginación. Encerrado está el tiempo consumido e irrecuperable que nunca llegué a palpar. ¿Es realmente un robo si yo dejé que abrieran mi hogar y lo decoraran como ellos imponían? Pero de alguna manera siento que así es. Que esa sombra sigilosa se instaló en mi cabeza y clonó los pensamientos del exterior.  Me quieren dócil tras la pantalla. El mundo sigue aplaudiendo a ideas vacías y sin contenido que se repiten una y otra vez.  Noto a las almas derretirse en el sofá, mientr...