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Mostrando entradas de abril 21, 2024

Mil noches

Le creció una caléndula  en el pecho y  diminutos fragmentos de vidas pasadas  hacen mella en el cielo.  La pequeña riega de las raíces de su costado a la luna. Pidiendo, rogando, suplicando,  una estrella.  En sus manos de tiza,  en su boca cosida,  la cesta de manzanas se cae. Los cimientos antes levantados,  ahora llenos de polvo gris. Todo vuelve a lo que era,  menos ella,  esperando entre las velas consumidas. 

La manzana

La tormenta rompe en mis costillas donde las olas se extienden por el profundo océano. El roce de la piel invisible burbujea en mí,  dulce como el pecado. Los destellos de voz precipitan por mi garganta, formando baladas que solo se pueden descifrar en la oscuridad. El choce de las almas que  nunca podrán encontrarse, ingravidas en este  espacio en el que cada noche nos hundimos. Los cantos de sirena me sumergen en lo condenado. Ellos me encontrarán. Muñecas atadas, las heridas escuecen con sal. Ellos me encontrarán.  Está mi vientre cosido, mi cuerpo en braile trazando el camino  que nadie jamás leerá, oculto en el baúl olvidado de aquel barco hundido.