Me dolió que no vinieras a buscarme a la tumba que yo misma cavé. Me dolió que no me llevarais flores cuando nuestra amistad aún estaba viva. Me dolió que tus palabras tuvieran una cuerda tan frágil de unión con tus actos. Me dolió que aún viendo mis cenizas no fuerais capaces de prenderme fuego. Me dolió que te marcharas y no dejases ni las migajas para seguirte. Me dolió que nunca me hayas demostrado si un ejército de tus células se preocupa por las mías. Me dolió que me lanzarais la piedra como si fuera la única pecadora. Me dolió tanto que el dolor fue mudo. Me dolió tanto que callé para no doler más. Me dolió tanto que sangré palabras e inundé pensamientos. Me dolió tanto que vomité la angustia y desesperación que me causó. Me dolió hacerte de escudo y que cuando estuve agrietada buscaras uno nuevo. Me dolieron tus te quiero, aún tengo un mal sabor de boca por la mentira. Me dolió estar tan ciega que ni a base de golpes fuera capaz de dejar de mirarte. Me dolió que m...
Abrirme las entrañas y vomitar lo que hay en ellas: eso es escribir para mí. Las palabras se dibujan en esta tierra esparcida de la que nacen mis sentimientos; a veces árida, a veces húmeda. Camina de puntillas por ella y cierra con delicadeza al marcharte, cuidado con los cristales.