Cuando tu piel ya no sea mi patria ni tu voz el mar en calma.
Cuando el idioma cosido a nuestros días ya no lo hable ningún ser en la tierra.
Cuando las canciones no susurren un nosotros.
Cuando todos los poemas de amor signifiquen pérdida.
Cuando todos los imperios caigan y solo queden los supervivientes.
Entonces, entonces sabré que ningún Dios podrá arrancarme esta pena atada al cuello.
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