En su garganta
mi voz cosida lleva.
Pero las fisuras,
exploradas y declaradas suyas,
no son la piel
mi voz cosida lleva.
Pero las fisuras,
exploradas y declaradas suyas,
no son la piel
con la que él soñó.
Aún en su alma
tatuados están
unos ojos (jamás míos)
que no le miran de vuelta.
En el cementerio -de las palabras muertas-
donde las ánimas de la tristeza
caban las tumbas,
aquí escondo
lo que llevo remendado yo.
Donde a él nunca llegue,
donde yo no lo vea.
Que lo que era el sueño
con el hilo
no era más que una pesadilla
con la fragancia del amor
y nunca seré ella.
que no le miran de vuelta.
En el cementerio -de las palabras muertas-
donde las ánimas de la tristeza
caban las tumbas,
aquí escondo
lo que llevo remendado yo.
Donde a él nunca llegue,
donde yo no lo vea.
Que lo que era el sueño
con el hilo
no era más que una pesadilla
con la fragancia del amor
y nunca seré ella.
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