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Carta

Amor, te revuelves, revoloteas, invades, destruyes, creas.

Amor, tú que todo lo sabes, tú que todo lo ves, tú que todo lo posees.

Amor, eres madre de cada ser que habita el mundo.

Amor, eres deseo, lugar de exilio, desdicha, cenizas, tinieblas.

Amor, tú que sabes, que conoces, que ves, ¿dónde huyo cuando corro en tu contra? ¿dónde está el escondite de aquellos que te temen?

Entre el soplido suave del viento, entre las flores, entre dos manos. Siempre estás.

Amor, te veo esconderte en sus ojos, en su caminar, en su voz.

Te aferras a sus brazos cuando me sumerjo en ellos, duermes en nuestras pisadas, bailas entre mis rápidos latidos.

Amor, que te ríes de mi sonrisa burlona, de mis manos temblorosas, que te mofas de un corazón herido y cobarde, que te burlas de sus tiritas, de su miedo.

Y te escondes con sigilo en mis palabras, en mis actos. Amor, eres tan difícil de encontrar aunque siempre estés. Amor, dame tregua, que siempre me vences.

Amor, si esta no es mi guerra, si mi destino es perder, esfúmate; corre a buscar otros labios donde inyectarte, vuela hasta unos nuevos amantes y deja a esta niña herida esconderse de ti.

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