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Nos queda la lluvia

Un dolor que aterriza en otro dolor y salpican de lágrimas mi vida. Un dolor ausente presente. Un dolor vacío. Un dolor derrota.
Más allá de la habitación sale el sol. Más allá de esto la gente viste luz, la luz viste luz, la vida viste luz. Más allá de esta prisión la gente vive. El sol sale. Se rompen murallas.
Más allá de esta prisión que me consume, esta oscuridad que me absorbe. Un monstruo se balancea en mis brazos rotos. Un río de sangre desemboca en el fin y una palabra tatuada por toda la pared: muerte.
El sentimiento ya no existe, las palabras se arrojan a la nada, en el techo tatuado el futuro: negro.
Soy una lluvia enfrascada en una botella naufragando en medio del mar, una botella que nunca llega a una isla, un mensaje que jamás será leído por nadie.
Soy mil cristales reflejando las mil personas que se esconden en mi rostro y ninguna está completa. Nos queda la nada, nos queda el pesar.
Una mano que nunca llega, un acantilado demasiado profundo, una tristeza enorme. La muerte de la vida sobre un cielo en ruinas, perdí mis zapatos y con ellos el camino, ya nunca encontraré Oz porque mi deseo jamás se cumplirá
Dibujo un mapa con mis lágrimas que desemboca en un aullido. La luna es la única que entiende, la luna es la única que es escucha.

Comentarios

  1. ¡Hola!
    Me parece un texto precioso, aparte transmite mucho sentimiento, me encanta

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