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Hay un cadáver en mi cama.

Hay un cadáver en mi cama y lleva descomponiéndose años.

Hay un cadáver en mi cama y nadie lo mueve de ahí.

Hay un cadáver en mi cama que aún mantiene los ojos abiertos. La boca cosida. El corazón fuera del pecho.

A veces se levanta. A veces respira. A veces cree estar vivo. Luego recuerda que está muerto. Luego recuerda que nunca volverá a vivir. Luego vuelve a tumbarse.

Hay alguien llorando.

Hay alguien llorando en mi cama y está inundándome.

Hay alguien llorando en mi cama y está lloviendo.

Hay alguien llorando en mi cama y por fuera es primavera. Pétalos por dedos. Espinas por corazón. Raíces cortadas.

A veces la lluvia cesa. A veces la nube deja de llorar y se convierte en charco. A veces no me ahogo en él. Luego el viento vuelve a ahorcar a la nube. Luego la nube desea dejar de respirar. Luego llora.

Hay una niña en mi cama.

Hay una niña en mi cama y dice que soy yo.

Hay una niña en mi cama y suplica que no la mate.

Hay una niña en mi cama que llora. Y se araña. Y grita. Y yo solo miro.

Hay un cadáver en mi cama.

Que alguien lo tire.

Empieza a oler.

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